yo
que vengo de la tormenta
del rayo que partió en dos
mi cuerpo
mi alma
dejando para siempre la línea que marca el límite
visible allá donde vaya
yo
que no conozco más que el torbellino
que lo arrastra todo y lo destroza todo
que vengo de la tormenta
del rayo que partió en dos
mi cuerpo
mi alma
dejando para siempre la línea que marca el límite
visible allá donde vaya
yo
que no conozco más que el torbellino
que lo arrastra todo y lo destroza todo
y hiere y se clava
no me reconozco
amando así
flotando suavemente
no me reconozco
amando así
flotando suavemente
así
dejándome acariciar por el agua
siendo horizontal
y no
(nunca)
vertical
observando cómo nada oculta el horizonte
cómo no hay nada que me impida ver
la verdad primigenia de las cosas.
dejándome acariciar por el agua
siendo horizontal
y no
(nunca)
vertical
observando cómo nada oculta el horizonte
cómo no hay nada que me impida ver
la verdad primigenia de las cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario